La moda es cíclica y cada temporada resurge alguna tendencia vista en tiempos pasados, hace unos años vimos como los 90 (por fin) se ponían de moda y ahora tenemos la tendencia que hace referencia al pase de milenio: la moda Y2K (si no sabes por qué se llama así es momento de hablarle a esos dinosaurios millenials que tienes por padres).
Sin embargo, aunque ambas presentan diferencias notables, hay un elemento común que las une: los infames pantalones a la cadera.
Hablemos de los pantalones a la cadera
Este tipo de pantalón (también conocido en inglés como low rise pants) se caracteriza por presentar un tiro muy pequeño que lo hace tener un corte bajo, por lo que en vez de rodear la cintura sólo llega hasta las caderas. Pueden ser skinny, acampanados, de pierna recta, etc.
Amados y odiados a partes iguales
Si disfrutaste los 90 y la década del 2000, probablemente recuerdes la relación de amor-odio con los pantalones a la cadera: realzaban la figura de reloj de arena y eran sensuales pero no podías inclinarte sin mostrar zonas que nunca ven la luz del sol, para lucirlos necesitabas tener cierto tipo de figura (no existía el movimiento “body positive” y nuestras modelos a seguir eran unas super-en-forma-y-delgadas Britney Spears y Christina Aguilera), además corría la leyenda urbana que usar sólo este tipo de pantalón hacía que tu cintura se volviese más ancha (ya que no había nada que la moldeara).
¿Por qué deberías volver a usar pantalones a la cadera?
Porque visualmente pueden ayudar a equilibrar tu figura, por ejemplo, este tipo de prenda realza las caderas pequeñas y lleva la atención hacia ellas, con eso disimulas una espalda ancha (si es tu caso te recomendamos un pantalón de pierna recta, palazzo o acampanado).
El pantalón a la cadera es útil en caso que quieras que tu cintura luzca más pequeña pues hace un corte a nivel de caderas que logra que éstas se ven más anchas que tu cintura natural (es una ilusión óptica).
Si eres fan de los crop tops y te gusta mostrar el abdomen, no hay mejor combinación para ello que con estos pantalones (antes de agregar este ítem a tu clóset ¿Qué tal si lees este pequeño post?).
¿Por qué deberías evitarlos (y quemar los que ya tienes)?
Pueden ser un poco incómodos de llevar ya que tendrás que acomodarlos cada vez que te sientes y cada vez que te levantes, si no son de la talla correcta podrían resaltar (incluso crear) los gorditos de la cintura y la espalda. Si sueles acumular peso en el centro de tu cuerpo, el pantalón a la cadera va a realzarlo (no funciona la ilusión en este caso). No son la mejor opción para una ocasión formal como una entrevista de trabajo o una presentación en la universidad.
Si aún no te decides entre seguir la tendencia o no, lo mejor que puedes hacer es probarte un par de pantalones a la cadera y ser honesta frente al espejo. También puedes pedir una Asesoría de Imagen y dejar que una profesional del estilo resuelva tu dilema de forma rápida y efectiva.