¿Qué nos viene a la cabeza a la hora de imaginar a un emprendedor o a una emprendedora? Muchas horas de trabajo, sangre, sudor, lágrimas y un guardarropa funcional que no necesariamente refleja ni su personalidad ni el objetivo de su negocio.
¡Es momento de cambiar eso! Emprender es una actividad muy importante que requiere grandes dosis de energía, planificación y ejecución pero no por eso hay que vivir en torno a ello.
Si ya has avanzado con tu emprendimiento o si apenas estás evaluando tus ideas para escoger la definitiva, es importante que te detengas a pensar en cómo equilibrar las otras áreas de tu vida con esta faceta de emprendedor o emprendedora, una de esas áreas es tu bienestar y autocuidado.
¿Qué tiene que ver la ropa con el autocuidado del emprendedor o emprendedora?
Siempre que hablamos de ropa decimos que es un medio que puede ayudarte a lograr tus objetivos, y es cierto. Claro, no de forma mágica ni absoluta sino de una manera más profunda.
Cubrir el cuerpo con ciertas prendas que conecten contigo puede incrementar tu confianza y seguridad además de ayudarte a tener más apertura frente a otros. Como emprendedor o emprendedora es un medio para transmitir una declaración sobre ti o sobre tu empresa, por ejemplo: que eres confiable y con don de servicio, que te manejas de forma discreta y respetuosa con tus clientes, que eres pura creatividad y energía, etc.
Es increíble cómo podemos transformar nuestra energía según la ropa que usemos, incluso si sabemos que la jornada estará difícil, probablemente la afrontaremos mejor si nos ponemos esa blusa o camisa que siempre saca halagos en los demás y con la cual nos sentimos absolutamente guapos o guapas.
Vestirse para el éxito tiene un fin práctico
Si estás en una etapa de ahorro y un cambio de imagen no parece ser posible, te invitamos a pensarlo dos veces porque puedes estar retrasando tu avance como emprendedor o emprendedora ¿Cómo sería esto posible? Piensa por un momento qué cosas no haces por no sentirte cómodo o cómoda de que te miren, por no sentir confianza en ti o por creer que no transmites suficiente energía; quizás no haces reuniones virtuales con tu cámara encendida, tal vez evitas hacer contenido donde aparezcas tú para las redes sociales de tu emprendimiento o abandonaste la idea de dar clases online. Y así un largo etcétera.
No tienes que invertir una fortuna en renovar tu imagen (de hecho tenemos un curso perfecto para ser tu propio asesor o asesora de imagen ¡incluso puedes asesorar a tus familiares y amigos!) puedes empezar con una colección cápsula y adquirir pocas piezas que complementen tu estilo y destaquen tu personalidad.
En conclusión: verte y sentirte bien van de la mano ¡no subestimes el poder de tu imagen!