Técnicas puntuales para hablar claro

Hablar claro es una habilidad que se adquiere con disciplina. Hay personas que nacen con un talento a comunicarse de forma precisa.

Sin embargo, la mayor parte de las personas debemos educarnos y forjar la habilidad para hablar de manera fluida y clara. Hoy veremos técnicas puntuales para hablar claro.

Hablar con claridad requiere práctica

Hablar con claridad requiere práctica

  1. Utiliza el lenguaje adecuado. No tener mucho vocabulario hace que repitamos palabras más de lo necesario. Muchas veces sentimos que queremos expresar algo pero no nos fluye la comunicación y nos bloqueamos por no saber cómo decirlo. Para esto es necesario nutrir tu mente con más y mejores palabras. Es vital leer con frecuencia todo tipo de géneros, sobre todo aquellos que mejoren nuestra imaginación y descripción.
  2. Desarrolla tu criterio. El criterio es una habilidad que se adquiere con tres componentes: conocimiento, reflexión y expresión. En la sociedad actual tenemos acceso a la información por redes sociales, internet, etc. La reflexión, contrario al conocimiento, no suele ser parte de la vida de las personas. Todo el día, todos los días nos mantenemos ocupados, con información por todos lados, lo cual no facilita los momentos de reflexión, silencio, meditación, para asimilar lo que nos llega. Finalmente, la expresión viene de lo anterior: conocimiento + reflexión. Una comunicación clara, fluida y efectiva es una comunicación con criterio.
    La seguridad en la comunicación viene de dentro

    La seguridad en la comunicación viene de dentro

  3. Identifica a tu interlocutor. También llamada la habilidad de la escucha activa. Entiende a la persona que tienes al frente. No hables de cosas que al otro o a los otros no les interesa. Interpela con tu comunicación a lo que el otro necesita escuchar. El interlocutor te presta atención y se interesa cuando aquello de lo que le hablas apunta directamente a sus necesidades.
  4. Maneja la velocidad y la entonación. Escuchar cómo hablamos es un gran reto. No es fácil escucharnos y menos cuando pensamos que nuestra voz es fea y lenta. Sin embargo, escucharnos puede ser uno de los ejercicios más efectivos para mejorar en nuestra comunicación en general. Sólo cuando hacemos este ejercicio constante, aprendemos a identificar muletillas, frases complicadas, velocidad, entonación y demás vicios que tenemos en nuestra comunicación oral. Haz el ejercicio de mandar notas de voz por chat y escúchalas. Sin duda, esto te ayudará a mejorar tus habilidades de expresión oral.
    Alguien de confianza te puede ayudar a mejorar en la comunicación

    Alguien de confianza te puede ayudar a mejorar en la comunicación

  5. Mejora tus tics o movimientos involuntarios. Vernos a nosotros mismos es difícil. No tenemos a alguien que nos grabe cuando estamos hablando. Pero puedes hacerte consciente de tus movimientos. Si piensas que tienes algún movimiento involuntario o tic nervioso que distraiga, dile a alguien de confianza que te lo haga saber. Conoce los momentos en que tu cuerpo se expresa de forma abrupta o exagerada. Identifica las situaciones que disparan los movimientos en la cara, las manos o los pies.
  6. Repetición de palabras o muletillas. Todos tenemos o hemos tenido muletillas. Estas frecuentes palabras en nuestro discurso cansan al interlocutor y te hacen ver como inseguro e inexperto en lo que hablas. Cada cultura, país o región tiene sus muletillas. En algunos lugares son: “pues”, “ósea”, “es decir”, “literal”, “ehh”, etc. Cuando te escuchas a ti mismo te das cuenta cuáles son tus muletillas y en cuál momento las utilizas. La forma de eliminarlas es siendo concreto en tus frases y seguro en lo que expresas a cada instante.
    identifica y deshecha las muletillas

    Identifica y deshecha las muletillas

  7. Mantén el control de tu respiración. La respiración está relacionada con el movimiento de tu corazón, y este último con el movimiento de las emociones. Cuando tus emociones están a tope, la respiración estará agitada. Por el contrario, cuando te relajas y aprendes a fluir con la vida, te vas volviendo más tranquilo y aprendes a controlar las situaciones desde dentro.
  8. Ideas largas y sin fin. Cuando no tenemos claridad en lo que expresamos, alargamos la idea pensando que daremos más claridad al interlocutor. Pero funciona al contrario. Cuando somos más claros nos volvemos más concretos y concisos. Antes de hablar construye la idea en la mente evitando darle vueltas innecesarias a los asuntos.

Hablar de forma correcta, clara, elegante y efectiva es cuestión de técnica y práctica. Nunca dejes que las emociones controlen la situación y aprende a escuchar al interlocutor antes de hablar.

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