Aunque la ropa se percibe como algo superficial en realidad es un medio de expresión de nuestro ser, de esta forma una persona observadora puede descubrir mucho acerca de nosotros (as) sólo con fijarse en lo que llevamos puesto ¿Has pensado si muestras tus creencias limitantes?
Las creencias limitantes son ese conjunto de pensamientos que asumimos como nuestra verdad, suelen formarse a partir de eventos dolorosos, traumáticos o de crianzas en entornos negligentes (padres ausentes, violencia doméstica, abuso, etc.)
¿Qué sucede en nuestra mente? Que necesitamos protegernos de alguna manera frente a estas situaciones negativas y nos convencemos que si actuamos de cierta manera, entonces evitaremos que se repita. Lamentablemente no suele pasar así.
Cómo se ven las creencias limitantes en nuestro estilo
Es frecuente ver a las personas (incluso aquellas con un físico que cumple con los estándares de belleza) actuar como si hubiese algo “malo” en ellas, entonces usan tallas gigantes para esconderse “no quiero que se me marquen los gorditos”, visten de negro porque “no sé combinar los colores y así es más fácil”, usan estilos anticuados “no me gusta llamar la atención, soy muy reservada y tímida”.
Pero al conocerles mejor te das cuenta que hay algo dentro de ellas que las frena a cambiar, no tiene nada de malo que te guste usar ropa ancha o que toda tu ropa sea negra pero si te sientes atada a esos estilos y te sientes muy incómoda o incómodo usando algo diferente aunque te favorezca mucho más, puedes estar frente a la manifestación de una creencia limitante.
Diferencia entre una creencia sana de una limitante
Cuando eliges tu estilo de acuerdo a tu esencia y a tu personalidad, sueles estar más receptivo a los cambios ya que prefieres avanzar que quedarte estancado. Puedes probar cosas nuevas y si no te quedan bien, no pasa nada.
Cuando tienes creencias limitantes mentalmente estás en un espacio muy pequeño donde no tienes libertad de acción, te mantienes allí porque es seguro aunque no te permita avanzar ni sentirte feliz con tu aspecto.
¡Afuera las creencias limitantes!
Para retomar el control de tus decisiones debes cuestionarte esa creencia: de dónde viene y por qué llegó a ti. Agradece lo que te enseñó sobre ti, perdónate y déjala ir.
Este proceso no es de un día, puede tomar un tiempo lograrlo pero una vez hecho sentirás la libertad de ser quién realmente eres. Si sientes que prefieres recorrer este camino en compañía, nuestra Asesora de Imagen certificada Mariana será esa guía que necesitas.